RCC

“Esta es la misión de la Iglesia, perennemente asistida por el Paráclito: llevar a todos el alegre anuncio, la gozosa realidad del Amor misericordioso de Dios, para que – como dice san Juan – creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre". (Benedicto XVI Domingo de la Divina Misericordia)

«Gracias al movimiento carismático, muchos cristianos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, han redescubierto Pentecostés como realidad viva y presente en su existencia cotidiana»; «Deseo que la espiritualidad de Pentecostés se difunda en la Iglesia, como empuje renovado de oración, de santidad, de comunión y de anuncio». Por este motivo, alentó la iniciativa denominada «Zarza ardiente», promovida por la Renovación en el Espíritu, que como él ilustró, es «una adoración incesante, día y noche, ante el santísimo Sacramento; una invitación a los fieles a "regresar al Cenáculo"». (Juan Pablo II)

viernes, 14 de mayo de 2010

TEMA # 2 SANANDO LAS HERIDAS DEL PECADO


SANANDO LAS HERIDAS DEL PECADO
(
Mc. 2, 1-12)

Podemos decir que el pecado es la raíz de todos los males que afligen al hombre. El pecado no es un problema; “Es El Problema”, este siempre ha estado presente en la vida del hombre; así lo vemos en la Palabra de Dios en el libro del Génesis cuando se nos narra la caída de nuestros primeros padres quienes haciendo uso de su libertad comieron de árbol que Dios les había prohibido.

Así como sucedió con los primero padres ha sucedido con los diferentes personajes de la biblia; Sansón calló en pecado, el mismo David que era el Rey que estaba en el corazón de Dios pecó igual lo hicieron otros reyes. En el nuevo testamento no estamos exentos del pecado; la diferencia está en la actitud que Jesús muestra para con los pecadores: es de compasión, de perdón de amor.

Consecuencias del pecado:

1. “Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios” (Rm. 3, 23)

a. Se pierde la gracia de la santidad original.

b. Nos da una falsa imagen de Dios

2. Se rompen nuestras relaciones con Dios, con los demás con el ambiente y se produce una división interna “No hago el bien que quiero y en cambio si hago el mal que no quiero” (Rm 7, 19).

3. Se produce un deseo de dominio:

a. Placer: hedonismo

b. Poder: deseo de reconocimiento

c. Tener: egocentrismo

Las tentaciones de Jesús (Lc. 4, 1-13): 1) Convierte estas piedras en pan 2) poder y gloria de los reinos si adoras c) tírate de arriba del templo.

Muchas de nuestras enfermedades son consecuencia del pecado.

El hombre no quiere encontrarse con Dios: “el juicio está en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras” (Jn 3, 19-20)

El hombre teme y quiere ocultarse de Dios (Gn 3, 8) por eso Dios envió a su Hijo Único para que pagara el rescate de su vida.

· Historia del joven del tren.

Nosotros alcanzamos la salación y el perdón de los pecados gracias a Cristo: “El salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rm 6, 23)”

NECESITAMOS LA CONVERCIÓN

Proviene de la palabra griega Metanoia: cambio. (Vida de San Pablo) Para los israelitas era la aceptación de la fe, era la integración de la vida en el contexto de la salvación.

“Llamado a la conversión

En el octavo mes del segundo año de Darío, la palabra del Señor llegó al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos: 2 El Señor se irritó violentamente contra los padres de ustedes. Tú les dirás: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan a mí –oráculo del Señor de los ejércitos– y yo volveré a ustedes, dice el Señor de los ejércitos. No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas interpelaron, diciendo: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan de sus malos caminos y de sus malas acciones. Pero ellos no escucharon, ni me prestaron atención –oráculo del Señor–. ¿Dónde están sus padres? Y los profetas ¿viven para siempre? Pero mis palabras y mis decretos, que yo había ordenado a mis servidores los profetas, ¿acaso no alcanzaron a sus padres? Por eso, ellos se convirtieron y dijeron: "El Señor de los ejércitos nos ha tratado según nuestros caminos y nuestras acciones, como había resuelto hacerlo". (Zacarías 1, 1-6).

Jesús predicaba la conversión unida a la aceptación del evangelio; es decir, quien se convierte acoge la fe: (Mc. 1, 15) “El Reino de Dios está cerca, convertíos y creed en la buena nueva”.

En la vida del cristiano hace falta una segunda y tercera conversión; de hecho la vida del cristiano debe ser una constante conversión. (Cartas a las iglesias APOCALIPSIS 2 ).

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